Nunca me imaginé entrando al altar con un gran vestido blanco y las cosas típicas con las que muchas chicas soñaban en mi época.
Para mí el casarme con la persona que amaba luego de 7 años de noviazgo, era más que suficiente y el dinero que no sobraba, guardarlo para la mini luna de miel en Mar de Ajó.
Por lo tanto, la fiesta fue sencilla, se realizó en la casa de mis suegros, la comida casera, preparada por mi mamá y una amiga, por gusto de ellas claro,...a mi mamá le gustaba el tema culinario y de hecho se lucía con eso.