...Quizás en mi infancia no supe
entenderte. Quizás me lastimabas sin comprenderme.
De adolescente en
silencio te admiraba, aunque también, -sin ser exenta a toda juventud rebelde-
muchas veces en tu contra estallaba. Aniquilaste muchos de mis sueños, pero hoy
sé que no lo hiciste conciente, sino por quererme.
Creo que cuanto más
supimos entendernos fue cuando por fin llegó mi etapa adulta, en ese instante
pude sentir tu temprano dolor, tus lejanas frustraciones y tu sacrificio que no
fue en vano. En soledad supiste educarnos quizás con limitaciones, sin tantas
libertades y con muchos temores, pero en definitiva con todo el amor oculto que siempre
tuvimos presente.
Hace hoy 10 años que te perdí, pero no te creo perdida,
siempre vas a estar en algún rincón velando por tu nieto que fue lo más grande
de tu vida.
Gracias por todo mamá, hoy puedo decirte que te quise y te
quiero mucho todavía!
