3 décadas pasaron desde que comencé a sentir ese raro dolor, esas contracciones que indicaban tu inminente llegada.
Cuantas cosas cambiaron a partir de ese momento, cuanta madurez a la fuerza, a mis 24 años haber sido mamá me significó un cambio profundo, esperado, simple pero complicado, dejarse llevar por los instintos, aplicar las enseñanzas que otros aportaban, pero siempre, siempre, con amor, con ese profundo sentimiento que embargó nuestras vidas.
Nunca existirá un amor parecido al de la madre por su hijo.
Felices 30 años mi bebé de siempre!