Gritabas...colorado estabas de protestar ante el nacimiento, simple, rápido…
Sin saberlo, pasé los dolores de parto en casa, mirando por TV “El Rafa” la novela del momento, cuando terminó ya de noche y en pleno invierno salimos a caminar con papi, de esa forma se me pasaba aquel dolor que adjudiqué a supuestas "hemorroides"…bueno...en el curso de parto sin temor que comencé y no terminé, me habían dicho que las contracciones dolían en la barriga…y nada que ver! jamás me afectó en esa zona, luego supe que tu cabecita estaba apoyada y apretaba justamente el huesito de ahí mismo, el coxis.
Fue de madrugada cuando dormida sentí que rompía bolsa, y me convencí que el momento había llegado y a pesar de las palabras de una incrédula partera que sostenía que mi fecha de parto era dentro de 10 días, llegamos al sanatorio y casi ni tiempo hicimos a que se presentara el doctor a hacer lo suyo...a él le arruinamos la reunión que había organizado para ver el recital televisivo de Frank Sinatra en Argentina y nos lo hizo saber...
Todo fue tan rápido y vertiginoso que cuando quise darme cuenta ya estabas llorando sobre la mesada de la sala de partos y yo te hablaba para que te calmaras, quería tenerte en brazos, te acercaron a mí pero no me dejaron sostenerte porque se me iba a salir el suero que tenía clavado en la vena…que me importaba eso! de alguna forma sentía que nos hacían pagar por haberlos hecho despertar o interrumpir sus cosas, como si no supieran cuán importante es ese primer contacto de la madre con su bebé, el cual tuve que esperar para que se hiciera realidad.
Cuando luego te trajeron a la habitación, pude sostenerte, mirarte, alimentarte y seguir hablándote, contándote que iríamos a comenzar una vida juntos….
Que hermoso bebé me dio la vida! y lo seguiste siendo con el correr de los años, porque a pesar de ya ser un hombre, aun sigo viendo esa primer mirada en tus ojos, por lo que creo que quizás para mí funcionó ese dicho que reza: Para muestra, basta un botón.
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“La decisión de tener un hijo, es trascendental. Es aceptar por siempre que tu corazón ande vagando fuera de tu cuerpo" Elizabeth Stone
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