A mis amigos de siempre…algunos siempre ausentes, otros siempre perdidos, un puñado siempre presente, después de todo la amistad es un trabajo en equipo.
A todos y a cada uno en su justa medida, les envío el calor del afecto con que los quise y fui querida.
Alguna vez pensé seriamente que uno debiera hacer un catálogo de amistades, porque no todas son iguales ni sirven para los mismos momentos sin por eso dejen de ser bienvenidas.
El propósito de esto sería adelantarme a las consecuencias de ese mal llamado “desconsuelo” que es el que se vive cuando uno se siente mal pagado, abandonado, olvidado.
Por lo tanto, cada uno de mis amigos llevaría una etiqueta con el lugar que quieran ocupar y estarían guardados es un huequito que no se cerraría nunca a pesar de los distanciamientos y quedarían bien a la mano, cerca del corazón, para cuando se los necesite.
